En nuestras playas en raro, por no decir sorprendente, encontrar elementos patrimoniales, ni siquiera allí donde las mansiones de veraneo fueron abundantes. El “Passeig Marítim “de Blanes” es un ejemplo muy ilustrativo, incluso desconcertante, por la rapidez con que las casas de los veraneantes han sido sustituidas por edificios completamente banales y por un estandarizado paseo marítimo de gran capacidad, pero completamente insulso y carente de significado. De hecho, es probable que su imagen actual no resista más allá de unas pocas décadas. Encontraríamos, a lo largo de las costas muchos casos de asentamientos costeros interesantes que se han transformado en espacios que más que neutros, nos parecen cargados de vacío. Oostende o Marbella, cada uno a su manera, serían buenos ejemplos.
Una imagen no tan antigua (1969 Ca.)del magnífico Passeig Marítim de Blanes (Girona) antes de su re-interpretación. En esencia,se trataba a su vez de una playa que era espacio de trabajo y vida para los pescadores, revalorizada como espacio turístico e incluso representativo sin cambios sustanciales en su imagen.
Sin embargo otros, como el asentamiento turístico de Heiligendamm (Mecklenburg, Alemania) fundado ¡en 1793!, son precisamente ejemplo de todo lo contrario. A finales del s.XIX su imagen era considerada ya lo suficientemente valiosa como para ser mantenido, intacta, hasta nuestros días.
Extraordinaria publicidad de la ya por entonces veterana estación balnearia
La imagen superior es de 1887. La inferior, de 2007…
Podemos encontrar muchos lugares, sobre todo en las (gélidas) costas del Norte, que han permanecido inalterados en lo esencial durante décadas. Algunos de ellos, porque su imagen, reproducida por artistas de renombre, se ha convertido en la imagen del lugar. Es el caso del famoso pier de Asgardstrand (Vestfold, Noruega), que aparece en diversos cuadros de Edvard Munch, un artista casi siempre asociado con la angustia pero que también dejó imágenes llenas de paz.
Si peregrinamos hoy al lugar, en busca de esas mismas sensaciones, no tendremos muchos problema en reconocerlo. El entorno de la casa del fondo y el pantalán están protegidos (esto es, son legalmente inalterables) precisamente porque aparecen en esos cuadros que son la imagen, nostálgica pero viva, de los días de esplendor de aquel pueblo turístico.
En algunos lugares han comprendido que el valor del paisaje es muy difícil de construir, ¿qué se gana perdiéndolo?. La permanencia es un triunfo sobre el tiempo, ése enemigo al que ni siquiera ya tratamos de entender.