En la tarde del viernes, con -5ºC en la calle y una buena capa de nieve, se han desarrollado diversos trabajos del Taller, como la puesta en común de las diversas iniciativas que de una u otra forma afectan al área de estudio.
Sesión de trabajo en el Ayuntamiento
El sábado, después de conocer los contenidos de la propuesta de Plan General, hubo trabajo de campo en la parte accesible (por la nieve) del ámbito Patrimonial. A destacar el palacio de los Ajuria, uno de los escasos edificios fruto de la Revolución Industrial que conserva su aspecto interior, con mobiliario y decoración, si bien de momento no es visitable, como tampoco lo es el magnífico jardín que contiene especies exóticas como el pinsapo.”
El palacio de los Ajuria, cerrado a cal y canto, ofrece un aspecto bien distinto del que tenía en tiempos de la fundición
La central hidroeléctrica, en funcionamiento y que alberga también el Centro de interpretación
Por último, la visita al elemento más representativo, las naves de la fundición, un espectáculo sorprendente bajo la nieve y completamente cercado por el frondoso bosque de hayas que proporcionó el carbón vegetal durante un siglo.
Las naves, aún más silenciosas bajo un manto de nieve.
A pesar de que ha perdido el arco que le daba carácter, el acceso a la fundición sigue siendo un hito con mucho carácter que no pasa inadvertido para los numerosos excursionistas que ascienden hacia el Aratz
Como es habitual, el domingo por la mañana se elaboraron las conclusiones y se presentaron públicamente. Lo más destacado de estas conclusiones es:
Existe un proyecto implícito, muy evidente, en el valle del Zirauntza: la disposición lineal de los elementos, su ubicación respecto al núcleo y al Parque… De forma casi natural (mejor dicho, espontánea) se dibuja un paisaje cultural muy coherente. El entorno de la fundición Ajuria y Urigoitia es un bosque industrial. La fábrica está en la naturaleza y la naturaleza en la fábrica. La rica biodiversidad de la que hoy disfrutamos en Aizkorri-Aratz es precisamente consecuencia de la actividad industrial desarrollada en el entorno.
No obstante, los árboles (aunque sean trasmochos) no nos dejan ver el bosque. A pesar de toda su lógica, el ámbito no se percibe como tal prácticamente desde ningún sitio. La fábrica apenas se ve, se siente al atravesarla. Es muy significativo que para los habitantes “la fábrica” sean las naves. Hay que hacer pedagogía del territorio, la fábrica es también el nacedero, la central (parketxe), los canales, la vivienda de los Ajuria…
Nos parece que sólo es necesario un leve cambio de imagen para poner este Paisaje Cultural en marcha. Hoy, las naves son para la gente un lugar sucio y peligroso. Si se transformaran los elementos que crean esta sensación (que son, en realidad, ajenos a la fábrica) se mejoraría la percepción que de ella tiene la ciudadanía.
Hubo un tiempo en que hombres y mujeres hacían el camino de ida y vuelta a la fábrica. Se escuchaban sus pasos, sus voces, sus risas y sus llantos. El ruido de la maquinaria llenaba el espacio de Araia, era una fábrica en un valle. Hoy, la ausencia de ruido llena los intersticios de un esqueleto que espera recuperar las risas, los llantos , las voces que una vez acompañaran el tic-tac de la industria.
Es prioritario que los habitantes de Araia se apropien del lugar de la fábrica y vuelvan a recorrer el camino a la fundición. Si no lo ven como suyo, el paisaje cultural no existirá nunca. Para ello, pueden impulsarse acciones diversas de concienciación y refuerzo de la imagen del lugar: exposiciones fotográficas, documentales sobre la memoria de la fábrica, intervenciones artísticas…
Urbs et Ager quiere agradecer al Ayuntamiento de Asparrena / Asparrengo Udala y a los habitantes de Araia su cálida acogida y la ayuda prestada, sin la cual poco se hubiera podido hacer.
EL taller ha tenido repercusión en la radio, con una entrevista el domingo en Radio Vitoria y otra el lunes en la Cadena SER, y también en la prensa, con una nota en “El Correo”