La nueva factoría General Motors en Detroit-Hamtramck fue uno de esos proyectos que tanto gustan a las administraciones locales, de esos que prentenden re-industrialzar una ciudad en crisis sin costes añadidos. Normalmente, eso resulta en extremo difícil, porque las condiciones urbanas de hoy no son las de la “era industrial”, en la que todo se ponía a los pies de la transformación industrial, desde las administraciones hasta las ilusiones de los ciudadanos . Hoy en día, aun con incentivos de todo tipo, localizar una industria en bastante más complejo.
En los límites de la ciudad de Hamtramck con la de Detroit existió la magnífica factoría Dodge, en la que durante décadas se realizaba casi todo el proceso productivo de los automóviles, desde la fundición acero hasta el montaje.
Era un mundo muy diferente al de hoy, en el que los clientes eran también parte de la historia:
A customer could take delivery of his new Dodge at the plant. Many new Dodge purchasers planned their summer vacations to include a visit to the Dodge plant for a tour and then take delivery of and drive home in their new Dodge.
Pero todo se acaba, y en 1980 la gran factoría, “the Main”, cerró.
Para entonces el entorno había cambiado, y lo que eran campos de cultivo en 1914, se había convertido en un barrio de varias decenas de miles de habitantes, de baja densidad, siguiendo el modelo industrial local, poblado mayoritariamente por polacos y con una interesante fachada urbana, sobre todo vista desde el vacío actual.
El asentamiento conocido como Poletown o “ciudad de los polacos” hacia 1950
A principios de los años 80 la deslocalización industrial ya se notaba con mucha fuerza, y la ciudad empezó a perder población. En éste contexto, se planteó un cambio importante en la producción de automóviles GM, propietaria de la planta “Dodge Main”. Lo snuevos tiempos exigían un importante cambio tecnológico, con un nuevo sistema llamado “Body Frame Integral”, y la factoría estaba obsoleta para ello. La empresa decidió demolerla y construir una nueva, mucho mayor pero con muchos menos rabajadores. La angustia por la constante pérdida de empleos llevó al ayuntamiento de Coleman Young a la expropiación forzosa de una porción muy importante del Poletown (dentro del término de Detroit). La cuestión fue muy polémica, ya que muchos habitantes no querían marchar de uno de los pocos barrios obreros “blancos” que quedaban en el Centro.
“Lost were 4,200 people, 1,500 homes, 144 businesses, 16 churches, a school and a hospital. Father Joseph Karasiewicz, the 59 year old pastor of Poletown’s Immaculate Conception Church, was removed from power by the Catholic Archdiocese for resisting the bulldozers. He died suddenly of a heart attack a few months after his church was demolished. Many parishioners believed it was due to all the stress” Según http://freepress.org/departments/display/20/2006/1844
A pesar de la resistencia, la Corte Suprema de Michigan determinó que “el desarrollo económico” era una justificación legítima para la expropiación. En la imagen se aprecia cómo era el barrio en 1980.
Y en ésta la factoría y los barrios adyacentes en la actualidad. Se observa cómo en el sector Norte, que corresponde al municipio de Hamtramck se mantiene la densidad de edificios habitados, mientras que en la parte de Detroit, S, E y W, el panorama es desolador, en contraste con lo que que sucedía hace treinta años.
La factoría BOC (Buick-Oldsmobile-Cadillac) “Poletown Plant”de General Motors templea a unos 1400 trabajadores. En la parte W se aprecia el pequeño cementerio judío de Beth Olem que ha sobrevivido a las transformaciones, y que es de hecho el único elemento patrimonial destacable que resta en la zona, ya que el más próximo es la inmensa factoría Packard, que parece en vías de revitalización, al menos en teoría…
“When General Motors began construction of its new plant, Detroit/Hamtramck Assembly, the only people allowed to remain in the neighborhood were dead.”