Göteborg es una ciudad industrial por execelencia, aún hoy en día, sede de empresas tan importantes como Volvo, Arcam, o Ekman & Co, fundada en 1802! El patrimonio industrial que conserva es, también, muy notable, como el barrio obrero de Haga, el Gotakanal plenamente activo o la extraordinaria res de tranvías del centro de la ciudad por el que circulan lo smismos tranvías que en 1950, elementos todos ellos que merecen algo mas que un post.

Pero tiene además otro elemento patrimonial que podemos calificar de extraordinario no tanto por lo que contiene, que también, sino por la forma en que se ha gestionado durante décadas y hasta hoy. Se trata de la Remfabrik, una una factoría que en origen fabricaba cintas y encajes

La Remfabrik junto al rio Mölndal canalizado para abastecer los fosos de la ciudad barrca y fuente de energía de la fábrica en su sorígenes.

 

Situada en el distrito industrial de Garda, la fábrica data de 1891 y ha cambiado poco desde su inauguración. Así por ejemplo, todo el sistema hidráulico que movía las máquinas se conserva. Si bien ya hace casi cien años que la fuerza del agua fue sustituida por la electricidad, el sistema tradicional de cintas y poleas para mover los telares sigue funcionando perfectamente.

Una vista de la nave superior, en la que no se han realizado cambios desde el cierre

En 1977 la compañía cerró, pero no así la fábrica, ya que al año siguiente se fundó la Föreningen Göteborgs Remfabrik, una asociación dedicada a preservar la actividad de la fábrica formada por voluntarios. Su primer objetivo, obviamente, fue impedir la demolición de la fábrica, pero sin olvidar el aprender de los obreros que allí estuvieron empleados el manejo de la maquinaria y sobre todo, su mantenimiento. El resultado,magnífico, se puede comprobar enla imágenes.

Se observa el complejo sistema que a partir de una plancha perforada va dando ordenes a los carretes para ir cambiando su posición y obtener así la combinación de colores deseada..

 

Su objetivo no era ni didáctico ni pedagógico, simplemente querían que no se perdiera una tradición industrial que había dado forma a la ciudad durante más de un siglo. Y ¡a fe que lo consiguieron! Desde entonces se mantienen en estado de funcionamiento un buen número de máquinas, y una veintena de estas son utilizadas regularmente para producir diversos productos que se venden en la tienda, y que en principio son la fuente de ingresos de la sociedad.

Entre los que tienen más aceptación, los cables eléctricos “vintage” forrados con hilos de colores, estilo “fin de siecle”, que parecen estar de moda otra vez. También hay telas para cojines, bolsos, encajes…

Uno de los telares que se mantienen en funcionamiento 

La Föreningen organiza visitas guiadas muy completas, en las que se explica la función de las diversas máquinas, se visitan las oficinas y la nave superior, tal vez lo más impresionante del conjunto, y se realizan una veintena de demostraciones. Lo curioso, para el visitante mediterráneo, es que el horario de visitas se limita a… los lunes de 5 a 7 pm y un domingo al mes por la mañana. No se trata por tanto de ninguna actividad turística, sino simplemente patrimonial. El hecho de que las explicaciones se ofrezcan únicamente en sueco es otra prueba de su peculiar carácter, enfocado a la población local más que a los visitantes.

Tal vez sea la orientación no-turística de las visitas, tal vez la pasión que ponen en ellas, pero el caso es que aunque eno entienda el sueco, ni sepa nada de máquinas, el ambiente de la fábrica suple las carencias y el mensaje de lo que representaba trabajar en una fábrica llega perfectamente a quien pase las dos horas estipuladas recorriendo las tres plantas del centenario edificio.

 

Una joya de la colección, un Arithmometro “Original Odhner” fabricada en Suecia entre 1935 y 1945 y con seguridad, estaba en uso en el momento del cierre. La casa Odhner fue creada por éste fabicante sueco en San petersburgo en 1873 y construyó allí miles de unidades hasta la revolución de 1917, cuando la familia volvió a Suecia y creo la marca “Original Odher”. Decenas de empresas de todo el mundo copiaron su smodelos. 

 

Un extraordinario tensiógrafo que se conserva en la dirección de la fábrica, utilizado para calcular la carga de rotura de los hilos

Hay muchas más cosas interesantes, pero volviendo a la idea inicial, lo más interesante son esas personas que desinteresadamente están manteniendo vivo, realmente vivo, un patrimonio industrial centenario que en muchas otras ciudades ha desaparecido para siempre.