Resulta extraño tratar el paisaje duro y desolado del Páramo de Masa en términos de posmodernidad. Sobre todo porque hasta hace pocos años, era el paradigma del paisaje vacío, yerto,  de paisaje atávico detenido en un tiempo inconcreto. Pero eso, ya no es así. El paisaje del Páramo ha cambiado radicalmente como consecuencia de una actividad humana que, en comparación con la que se daba hace unos años, se puede considerar como “frenética”.

Félix Rodríguez de la Fuente, que había nacido El Poza de la Sal, en el límite oriental del Páramo, citaba a un pastor local “que prefería mil veces la muerte  a una noche solitaria más en el Páramo”, un sentimiento que podía compartir cualquiera que en invierno hubiera tenido que cruzar sus
carreteras vacías durante la noche. Hoy, al menos, tendría el consuelo de las luces de tope rojas de los numerosos aereogeneradores.

Nada es igual en la Posmodernidad, en la que la meseta ha adquirido un inesperado valor económico a través de al menos tres actividades que han alterado profundamente su aspecto tradicional:

  • Los aereogeneradores, que han introducido cientos de trazas verticales allí donde antes no existían sino las horizontales.
  • La reforestación, que está transformado violentamente el áspero suelo calcáreo.
  • Los cotos de caza intensiva, que han vallado a todo lo ancho del Páramo lo que fueron espacios abiertos.
Típico paisaje actual de  la zona oriental del Páramo.
Éste páramo, o “Lora” como se conocen localmente en Burgos a estas mesetas, es bastante extenso, con más de 160 km2 sólo en la llanura cimera, sin contar los diversos valles que vierten al NW y que tienen ya otro carácter.

De entre ellos, la reforestación es ahora mismo el fenómeno más importante, tanto por su extensión como por su impacto futuro. Por la forma en que se ha desarrollado, “arando” la superficie rocosas, sus huellas son perfectamente visibles, y sin duda lo serán por mucho, mucho tiempo. Veamos el origen del proyecto, desarrolado por MAXAM, la empresa de explosivos propietaria de la fábrica cercana al pueblo de Masa. La propia empresa habla de 900 Ha, que vendría a ser la extensión que ocupa la factoría y sus buffers, pero no cabe duda de que el proceso se ha extendido mucho más allá, incluso a otros páramos como el de La Lora, aunque tal vez allí el “relleno” utilizado en los surcos sea diferente. Veamos ahora de qué va esta peculiar historia de reutilización de residuos, explicada por sus propios autores:

Detalle de uno de los surcos a través de los cuales se introduce materia orgánica.

“En el año 2001, MAXAM diseñó un plan para la forestación y revegetación de la superficie no destinada a usos industriales en la finca que rodea sus instalaciones de Páramo de Masa (Merindad de Río Ubierna).  El objetivo final era crear suelo apto para el desarrollo tanto forestal como vegetal, en una zona muy deteriorada y degradada ¿?, mediante la aplicación de residuos no peligrosos convenientemente dosificados y mezclados, al tiempo que se mejoraba la calidad ambiental del entorno, contribuyendo a la fijación de carbono en los sistemas edáficos e incrementando la biodiversidad de forma biosostenible. En el mes de mayo de 2002 se firmó con la Junta de Castilla y León un convenio para el “Ensayo de Técnicas de Recuperación de la Cubierta Vegetal en la Comarca de Páramos de Burgos”. Este apoyo institucional lanzó definitivamente el proyecto.”

“La superficie objeto de actuación se concreta en suelos que no permiten el desarrollo de actividades productivas, por sus fuertes limitaciones físicas y químicas, propensos a la continua erosión ¿? y con muy poca actividad biológica, en los que tanto la capacidad de retención de agua como de filtración ¿? es prácticamente inexistente.”

“Por otra parte, la zona se caracteriza por un clima continental bastante extremado en cuanto a temperaturas -mucho calor en verano, con máximas por encima de 30º C, y mucho frío en invierno, mínimas de hasta -10 ºC- y con una pluviometría media (600 mm anuales). En estas condiciones edafoclimáticas, en parte naturales y en parte inducidas por actividades antrópicas ancestrales, los suelos evolucionan hacia la desertificación, con predominio de los procesos de erosión y destrucción de los mismos sobre la formación de suelos, por lo que los procesos dominantes llevan a la desaparición de los horizontes superficiales, la disminución de la actividad biológica y la pérdida de estructura, llegando incluso a la pérdida de la cobertura edáfica.”

“Para lograr los objetivos del Plan, se han aplicado residuos no peligrosos (materia orgánica exógena de buena calidad), como recomienda la Estrategia Europea de Protección del Suelo (2006), como paja de cereal, bagazos de vino, lodos de depuradora con bajos niveles de metales pesados, cenizas, efluentes nitrogenados, residuos de papeleras, industrias agroalimentarias o de otro tipo de producción de residuos ricos en materia orgánica fermentable y rica en nutrientes.”

Previamente a la aplicación de los elementos de enmienda, se fragmentó la roca de cobertera superficial, para que pudieran actuar los tractores que debían realizar las labores edáficas. Los efluentes nitrogenados proceden de las fabricaciones de dinamitas y pentrita de la factoría de MAXAM en Páramo de Masa convenientemente mezclados y neutralizados para convertirlos en  “Abono CE”..

“Los logros La realización del plan de MAXAM ha dado lugar

  1. Incremento del espesor efectivo de los suelos (de 0 a 40 centímetros).Notable aumento de la capacidad de retención del agua.Mayor fertilidad del terreno: Incremento del contenido de carbono orgánico (de 0,3% a 7,5%) y de la relación carbono/nitrógeno (de 3% a 13,5%). 
  2. Desarrollo de la actividad biológica.Como consecuencia de esta actuación se ha conseguido la plantación de 1.600.000 árboles de 12 especies diferentes autóctonas, en una superficie aproximada de la finca de 900 hectáreas.
  3. Cultivo de colza, con un resultado del orden de los 3.500 kilogramos/hectárea.
  4. Varias plantaciones de cebada, con producciones en el entorno de los 7.000 kilogramos/ hectárea.- 
  5. El desarrollo de una destacada y diversificada fauna antes inexistente.

Bueno, ya hay información suficiente (aunque hay más aquí) pero quedan abiertas algunas dudas…

  • Se puede mejorar la calidad ambiental de un entorno deshabitado desde hace décadas y que nunca sostuvo una población significativa? (Tal vez en la pre-historia…). 
  • ¿Realmente estas pobres condiciones edáficas han sido inducidas por la actividad humana? Parece que volvemos a la vieja disputa sobre si la sabana es, como sabemos de las dehesas, obra de los humanos… 
  • ¿El reciclaje de residuos de dinamitas y la reforestación han mejorado la biodiversidad? Es curioso, porque tradicionalmente hemos pensado que si alteramos el ecosistema la fauna local se va, y otras especies, tal vez más “exóticas” y que se pueden adaptar mejor al nuevo medio serán atraídas hacia el lugar. Por ello cuesta un poco de creer que mejore la biodiversidad, que a buen seguro estará más afectada por los grandes cotos cinegéticos que por los nuevos árboles…

Así pues, ¿se trata de una reforestación vulgar y corriente, tipo las de los años 60′ y 70′? Pues obviamente no, porque aquellas venían a ocupar antiguos espacios agrarios abandonados o simplemente improductivos, y estas pretenden asentarse sobre unos suelos no ya pedregosos, sino directamente rocosos, cubiertos por una costra calcárea que hay que cuartear con el uso de tractores.  Sobre estos  surcos creceran árboles “por siempre”, pero ¿tanto como para que esto vaya a cambiar sustantivamente las condiciones edáficas del Páramo ni la cobertura arbórea más allá de las grietas?

Respecto a los aereogeneradores como elementos del neo-paisaje creo que ya se ha hablado sufiente, sobre su teórica rentabilidad y sobre su papel para mantener población en el lugar, que no será mucha, pero es más que nada. Los espacios llanos son los únicos, según se dice, que son realmente rentables para estos mal llamados parques eólicos, que nada tienen de parques. En los espacios de montaña los aereogeneradores deben situarse casi siempre en lugares de muy difícil acceso, en las divisorias de aguas, y ello requiere crear unos accesos que nunca son fáciles de construir ni, desde luego, baratos de mantener. 

Por lo tanto, hay que pensar que los 157 aereogeneradores 
actualmente instalados, por su facilidad de acceso,  son rentables y están allí para quedarse si no para atraer a otros más, tal vez muchos más, en un futuro. Hay que señalar que la zona ocupada por los aereogeneradores en la carretera de Poza es una de las que ha sido “arada” a conciencia para propiciar la reforestación, por lo que la situación actual, que sigue la norma de que los aerogeneradores se localizan exclusivamente sobre antiguos campos de labranza, variará en un futuro y los “parques eólicos” lo serán también “forestales”¿?¿Será? 

Los cotos de caza vallados, “de caza intensiva”,  son otro cantar. Los de aquí se diferencian bastante de los aristocráticos cotos de la Meseta Sur, pues aquí no se relacionan con “cortijos” ni “cigarrales”, ni con latifundios, ni están pensados para la caza mayor. La concepción es diferente, más “abierta”, aunque no por ello dejan de estar… vallados. Uno de ellos ocupa unas 700 Ha del Páramo, lo cual a escala lical es mucho. 

Aunque se dedique a la caza menor, incluso al entrenamiento de perros de caza, no cabe duda de que supone una alteración importante del ecosistema, aunque no neceasriamente negativa por completo. En cualquier caso, implica una presencia humana relevante en lugares en los que prácticamente, esta había desaparecido. Es una actividad casi tan marginal, territorialmente hablando, como las otras dos, con menor impacto en el paisaje, con mayor, tal vez en el ecosistema. 

Como conclusión, sólo cabe decir que el paisaje posmoderno del Páramo de Masa, a pesar de su fantasmagórico aspecto nocturno poblado de extrañas luces, del rasgado paralelo de los surcos sobre la roca, y apesar del ambiente de kermese armada de algunos festivos, sigue siendo un paisaje fascinante. Sigue prestándose a largas caminatas hacia ninguna parte. Sigue guardando rincones que emocionan, como la laguna de la Venta de Perra y su fuente, que encabezan este articulo.